La asociación entre el trabajo y el café es recurrente y fácil de entender. El café te energiza y te despierta, es una clásica solución a la desconcentración. Normal es escuchar a alguien decir: “no empiezo el día sin mi taza de café”. Es más, es bastante natural que cualquier oficina medianamente establecida tenga café. Más o menos rico, pero hay. 

Porque asociamos el trabajo solo a características que también solemos darle al café: rapidez, focalización, etc. Pero, hay que analizar esto, porque si bien muchas tareas laborales requieren de este tipo de habilidades, no es lo único que hacemos, y esto aplica para distintas áreas. 

Porque la creatividad, no es solo cosa de creativos: cosa que suena obvia, pero no lo es tanto. Todos requerimos esos momentos de “brillantez” donde encontramos soluciones a problemas que parecen calle sin salida, buscamos ideas rupturistas, necesitamos lograr conclusiones diferentes, etc. Y eso, usualmente, no sucede cuando uno quiere: muchas veces solo sucede y otra veces -para potenciar aquello- necesitamos que nuestra mente se encuentre más relajada, lejos de esos cánones malentendidos de productividad efectivista. 

La cerveza crea un ambiente relajado: te pone en un modo distinto. Casi desde cuando abres tu botella o lata, ese sonido ya te invita a una pausa. Esa que es vital para la mente y la creatividad: liberarse de la presión puede ser la puerta de entrada a esa idea que andabas buscando. 

No se trata de elegir entre café o cerveza, o entre ser un u otro tipo de trabajador como si esto fuera un test de habilidades. Para nada, lo que toca entender es que en todos nosotros pueden existir estos dos modos y que su coexistencia es vital para hacer de nuestro trabajo algo realmente efectivo y mejor. Así como muchas veces entendemos que en ciertos horarios hacemos mejor una tarea que otra. Así mismo, entender que una pausa de cerveza, que ese relax que acompaña, tiene un valor para nuestra labor. 

La productividad no puede estar basada sólo en cuántas tareas diarias terminas; entender eso es entender que tanto tu taza de café para responder todos los correos pendientes es importante, pero también lo es una cerveza negra a media tarde en búsqueda de una idea brillante para tu próxima presentación. 

Al final el modo café y el modo cerveza en el trabajo, son casi como inhalar y exhalar. Te ayudarán a que todo salga mejor y a comprender que no todo tiene el mismo ritmo, pero que ambas caras de la moneda son parte de ella ¡salud!.